Diego F. Joseph
Es parte de la vida enamorarse y entrar en una relación como terminar una. Durante esta última nuestro cerebro se ve alterado de tal manera que podemos sentir ansiedad, malestar e incluso dolor. Al terminar una relación, podemos decir que nuestro cerebro se ve afectado de seis maneras:
Terminar una relación generará un gran desbalance de neurotransmisores que se verán reflejados en nuestras actitudes y acciones. Sin embargo, este desbalance debería regularse al pasar el tiempo.
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- Estar con la persona que amamos permite que nuestro cerebro secrete neurotransmisores como la Dopamina y la Serotonina en mayor cantidad, lo que genera un sistema de recompensa. Al terminar, esta secreción se ve alterada, lo que se refleja en actitudes como impulsividad o agresión.
- La producción de hormonas como la Oxitocina y Vasopresina también se ve alterada. Estas son encargadas de generar un apego, por lo que al terminar tendremos la necesidad de retomar la relación.
- El estrés forma parte de una ruptura y este se ve incrementado por la producción de hormonas como la Norepinefrina y la Hormona Liberadora de Corticotropinas.
- El estrés generado puede a su vez alterar nuestro sistema regulador de emociones, lo que produce angustia.
- El dolor físico también es parte de una ruptura que en este caso se ve ocasionado por la baja de opioides endógenos: betaendorfina, encefalinas y dinorfinas.
- Finalmente, el cerebro le da prioridad a todo lo antes mencionado, dejando con recursos limitados a la cognición; principalmente a la atención, concentración, memoria, etc.
Terminar una relación generará un gran desbalance de neurotransmisores que se verán reflejados en nuestras actitudes y acciones. Sin embargo, este desbalance debería regularse al pasar el tiempo.
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