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Diego F. Joseph La cafeína es una droga psicoactiva de uso legal que se considera la más consumida a nivel mundial. Consumimos cafeína en diferentes productos; entre ellos el café, el té, las bebidas energizantes, e incluso en el chocolate. Sabemos que esta droga al ingresar a nuestro cuerpo nos da energía, pero ¿De qué modo lo hace? En las células de nuestro cerebro existen unos receptores para una molécula llamada adenosina. Cuando la adenosina se une a su receptor, se activa una señal que disminuye la actividad neuronal, produciéndonos sueño. Sin embargo, al consumir cafeína, esta compite contra la adenosina por unirse al receptor, evitando así se produzca señal alguna: simplemente bloquea la unión adenosina-receptor. De este modo, no sentimos los efectos que produce la adenosina sino, más bien, nos sentimos despiertos y alertas.
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Diego F. Joseph Siendo ajenos al tema, conocemos algunos elementos y compuestos químicos como el O2, NaCl, H2O, etc. Pero ¿Nos hemos preguntado por qué se juntan los elementos? Todo átomo de cada elemento está compuesto por 3 partículas: protones, neutrones y electrones. Los protones y neutrones se encuentran en un núcleo, mientras que los electrones se encuentran orbitando el núcleo en una nube. La capa externa de esa nube se encuentra, dependiendo al elemento, incompleta; excepto en una familia de elementos llamados gases nobles, que sí poseen su capa externa completa. Para completar este último nivel, los elementos ajenos a la nobleza (la plebe) deberán perder, ganar o compartir electrones. Este intercambio de electrones entre los elementos de “la plebe” hace que tengamos moléculas interesantes como el oxígeno que respiramos (O2), el agua que bebemos (H2O) e incluso la sal de nuestras comidas (NaCl). ¿Te imaginas la gran cantidad de compuestos que se pueden formar gracias a estos elementos “incompletos”?
Si te gustó la noticia, puedes revisar los siguientes enlaces: Diego F. Joseph Utilizamos el término oxidación de manera cotidiana cuando queremos hacer referencia a la formación de una capa rojiza sobre la superficie del hierro o algún otro metal. Inclusive sabemos que este término involucra, de algún modo, al oxígeno. El concepto de oxidación, no obstante, está muy ligado a la química y siempre va acompañado de su antónimo que se denomina reducción. Los procesos de reducción y oxidación (REDOX) son reacciones que ocurren de manera simultánea en las que las moléculas intercambian electrones; siendo la molécula que cede o pierde sus electrones la que se oxida y la que gana los electrones la que se reduce. Las reacciones REDOX no se limitan a los metales, sino que están involucradas también en procesos de nuestro metabolismo. Por ejemplo, el oxígeno que respiramos es uno de los oxidantes más fuertes y se encarga de finalizar una larga secuencia de reacciones utilizada para obtener energía a costa de oxidar los alimentos que consumimos.
Si te gustó el artículo, puedes revisar los siguientes enlaces: Diego F. Joseph Gracias al sol, los organismos capaces de hacer fotosíntesis producen energía. Aquellos incapaces de utilizar la energía solar para su beneficio tendrán que alimentarse de otros organismos para obtenerla. En el mar, la luz solar puede atravesar hasta unos 1000 de los 11000 metros de profundidad, pero la fotosíntesis solo se lleva a cabo hasta los 200 primeros metros. Entonces, ¿Qué sucede con aquellas criaturas que viven por debajo de los 1000 metros en donde no llega la luz? ¿Cómo son capaces de vivir sin luz solar? Existen organismos capaces de utilizar compuestos inorgánicos con alta energía producidos por las grietas hidrotermales del fondo marino. Estos organismos son denominados quimiosintéticos y son los eslabones más pequeños de la cadena alimenticia de las profundidades marinas. Otra fuente de energía son los animales muertos que caen a las profundidades. Ya que las fuentes de energía son limitadas y las temperaturas son bajas, estos organismos deben tener un metabolismo lento para poder sobrevivir más tiempo sin alimento.
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Diego F. Joseph La regeneración hace referencia al proceso por el cual las células de un organismo se dividen para reconstruir, renovar o restaurar tejidos dañados. Este mecanismo es comúnmente empleado en varias especies de animales; sin embargo, las más recordadas sean, tal vez, las estrellas de mar y las salamandras. Si bien el mecanismo para regenerar tejidos varía entre animales, lo común es tener una población de células capaces de dividirse constantemente y diferenciarse* para remplazar a las dañadas. En otras palabras, se necesita de células madre. Para regenerar un tejido, las nuevas células pueden ser producidas (1) por células madre residentes de ese tejido, (2) a partir de la desdiferenciación** de una célula para producir células madre o (3) a través del cambio del rol de una célula por el que se perdió (transdiferenciación). Nosotros humanos no estamos excentos de este proceso. Somos capaces de regenerar células sanguíneas, piel, e incluso nuevos estudios sugieren la regeneración de neuronas.
*Diferenciación celular: proceso por el cual una célula sufre una modificación en su expresión de genes para adquirir una morfología y funciones específicas. Por ejemplo, células madre sanguíneas (hematopoyéticas) formando eritrocitos. ** Desdiferenciación celular: proceso inverso al de la diferenciación celular. Una célula pierde las funciones específicas y la morfología que tenía y recupera su potencialidad de célula madre. Si te gustó la noticia, puedes revisar los siguientes enlaces para complementar información: |
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Agosto 2019
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