En el subsuelo de los bosques, casi invisible a nuestros ojos, se encuentra una red que mantiene conectados a todos los árboles del bosque. La red la forman las micorrizas, como su nombre indica (mykós – hongo, riza – raíz), son hongos que viven en las raíces de los árboles y las plantas, los conoceréis por sus estructuras reproductivas a las que llamamos setas. Forman una simbiosis en la que ofrecen a la planta nitrógeno, fósforo y otros minerales, a cambio de carbono, producido por la planta durante la fotosíntesis. Pueden estar en conexión con más de un árbol al mismo tiempo, incluso de diferentes especies. A través de esta red, los árboles más altos pueden dar carbono a los más jóvenes cuando estos aún se encuentran lejos de la luz, e incluso pueden intercambiar información advirtiéndose los unos a los otros de peligros como un incendio o patógenos.
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