Paola Larrauri
Salvaje e indómito, ha pasado desapercibido por casi 75 años y con documentación científica nula, hasta la presente década. Foto: Paola Larrauri
Huánuco (Perú) alberga uno de los lugares más insólitos en lo que a actividad geotérmica se refiere: el Shanay-timpishka (en lengua local) o "río calentado por el sol". Se trata de un río hirviente único al ser no volcánico (al contrario de otros ríos hirvientes del planeta) y anormalmente grande (6.24 km). Se alimenta de fuentes hirvientes que brotan del subsuelo, varias cascadas y piscinas termales, que alcanzan unos 86°C promedio, temperatura que aniquila a quienes caen en sus aguas. Considerado un lugar sagrado y espiritual por los habitantes, no fue conocido internacionalmente hasta que Andrés Ruzo, científico geotérmico peruano y estudiante de geofísica (Texas) decidió confirmar su existencia que, a sus oídos y al criterio de sus colegas, era imposible y hasta ridícula. Gracias a testimonios familiares y relatos orales de la época de la invasión española que alimentaron su curiosidad, se adentró en la selva en 2011 y desde entonces, realiza estudios anuales in situ, de la mano de la National Geographic y preside The Boiling River Project, que busca sea declarado monumento nacional.
Si te interesó este artículo, revisa los siguientes enlaces:
"Me ha obligado a cuestionar la línea entre lo conocido y lo desconocido, lo antiguo y lo moderno, lo científico y lo espiritual. Es un recordatorio de que todavía hay grandes maravillas por descubrir". Andrés RuzoHuánuco (Perú) alberga uno de los lugares más insólitos en lo que a actividad geotérmica se refiere: el Shanay-timpishka (en lengua local) o "río calentado por el sol". Se trata de un río hirviente único al ser no volcánico (al contrario de otros ríos hirvientes del planeta) y anormalmente grande (6.24 km). Se alimenta de fuentes hirvientes que brotan del subsuelo, varias cascadas y piscinas termales, que alcanzan unos 86°C promedio, temperatura que aniquila a quienes caen en sus aguas. Considerado un lugar sagrado y espiritual por los habitantes, no fue conocido internacionalmente hasta que Andrés Ruzo, científico geotérmico peruano y estudiante de geofísica (Texas) decidió confirmar su existencia que, a sus oídos y al criterio de sus colegas, era imposible y hasta ridícula. Gracias a testimonios familiares y relatos orales de la época de la invasión española que alimentaron su curiosidad, se adentró en la selva en 2011 y desde entonces, realiza estudios anuales in situ, de la mano de la National Geographic y preside The Boiling River Project, que busca sea declarado monumento nacional.
Si te interesó este artículo, revisa los siguientes enlaces:
- Página del proyecto The Boiling River.
- Charla TED de Andrés Ruzo.
- Artículo y entrevista a Andrés Ruzo en la BBC.
- Blog TED sobre la charla de Andrés Ruzo.
- Artículo sobre el Río Hirviente en La Vanguardia.
- Artículo sobre el RÍo Hirviente en Tree Hugger.
- Artículo y datos interesantes sobre el Shanay-timpishka en Telegraph.
- Artículo sobre el Río Hirviente de la Amazonía Peruana en Sophimania.
- Libro The Boiling River.
"Me ha obligado a cuestionar la línea entre lo conocido y lo desconocido, lo antiguo y lo moderno, lo científico y lo espiritual. Es un recordatorio de que todavía hay grandes maravillas por descubrir". Andrés RuzoHuánuco (Perú) alberga uno de los lugares más insólitos en lo que a actividad geotérmica se refiere: el Shanay-timpishka (en lengua local) o "río calentado por el sol". Se trata de un río hirviente único al ser no volcánico (al contrario de otros ríos hirvientes del planeta) y anormalmente grande (6.24 km). Se alimenta de fuentes hirvientes que brotan del subsuelo, varias cascadas y piscinas termales, que alcanzan unos 86°C promedio, temperatura que aniquila a quienes caen en sus aguas. Considerado un lugar sagrado y espiritual por los habitantes, no fue conocido internacionalmente hasta que Andrés Ruzo, científico geotérmico peruano y estudiante de geofísica (Texas) decidió confirmar su existencia que, a sus oídos y al criterio de sus colegas, era imposible y hasta ridícula. Gracias a testimonios familiares y relatos orales de la época de la invasión española que alimentaron su curiosidad, se adentró en la selva en 2011 y desde entonces, realiza estudios anuales in situ, de la mano de la National Geographic y preside The Boiling River Project, que busca sea declarado monumento nacional.