J. Carolina Segami
Antes de comer un plátano, todos esperamos que haya alcanzado un punto de maduración agradable ya que a nadie le gusta comer un fruto duro e insípido. Pero, ¿qué sucede en el interior de la fruta para cambiar drásticamente sus características? Las frutas están hechas de células vegetales que poseen celulosa, almidones, clorofila y otros compuestos. Para que una fruta comience su proceso de maduración, necesita una señal química que ella misma produce: etileno. Este gas, difunde fácilmente por las células de la fruta transmitiendo una señal que activa muchos genes. Estos genes dirigen la destrucción progresiva de moléculas complejas como celulosa y almidón para convertirlos en azucares simples, a fin de obtener un sabor más agradable. Y por otro lado convierten la clorofila en otros pigmentos que producen un cambio de color. Si quieres madurar una fruta, acércale otra que esté emitiendo etileno, por ejemplo, un plátano maduro.
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