J. Carolina Segami
Algo fundamental para que pueda ocurrir selección natural es que las características sean heredables; o sea, que se transmitan de generación en generación. Para esto, los individuos tienen que ser exitosos en conseguir pareja y reproducirse. Es aquí en donde interviene la selección sexual. Un individuo, además de ser seleccionado naturalmente por características favorables para su supervivencia, tiene que ser seleccionado por una pareja para reproducirse y dejar descendencia. Mientras más y mejores parejas tenga, sus genes serán transmitidos en mayor proporción a la siguiente generación. Este proceso de selección sexual es responsable de generar ornamentos sexuales tales como colas largas y vistosas o astas anchas y pesadas. Si bien estas características parecen ser más una tara que un beneficio, el balance entre selección sexual y natural hacen que se mantengan en las poblaciones. Existen dos aspectos de la selección sexual: la intersexual, ser atractivo, y la intrasexual, competencia entre individuos del mismo sexo.
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